Blue Oyster Cult: 40 aniversario con los miembros originales


Blue Oyster Cult es una banda de hard rock fundada en el año de 1967 en Nueva York, con el nombre de Soft White Underbelly, aunque fue hasta 1971 que adquirieron el nombre que les hizo saltar a la fama y lograr un lugar en la escena de la música contemporánea, al grado de que algunos los consideran una leyenda…

Su primera grabación oficial data del año 1972, de cuyo disco de título homónimo, Blue Oyster Cult, se desprendió su primer clásico “Stairway to the Stars”… y a partir de ahí han realizado más de 30 producciones entre discos de estudio, recopilaciones y grabaciones en vivo que les han producido varios “discos de oro y de platino”…

 

A lo largo de su trayectoria Blue Oyster Cult ha destacado por dos características:

La primera, relacionada con la gran calidad de composición de temas que son considerados como clásicos en la escena del hard rock a nivel mundial, como el ya citado Stairway to the Stars, además de otros más conocidos como “(Don't Fear) The Reaper”, “White Flags”, “Astronomy”, “Burnin' for You”, “Cities Of Flame With Rock & Roll”, “Godzilla”, “Shooting Shark”, “E.T.I. (Extra Terrestrial Intelligence)”, “Dancin' In The Ruins” y la extrañísima “Joan Crawford”… o sus impresionantes versiones en vivo a clásicos como “Born to be wild” (de Steppenwolf), “Roadhouse blues” (original de The Doors) o “We gotta get out of this place” (original de Eric Burdon & The Animals)… por no mencionar la excelente ejecución de cada músico en su instrumento…

La segunda, por desgracia, por la inestabilidad de sus integrantes y de sus alineaciones en general, dejando a Eric Bloom en la voz y a Donald "Buck Dharma" Roeser en la guitarra principal como los únicos miembros estables desde la fundación de la banda en 1971, viendo desfilar a más de 20 integrantes desde la salida del baterista original Albert Bouchard en 1981, situación que no ha mermado en mucho la calidad de composición e interpretación en cada nueva grabación de la banda…

Así, entre las filas del grupo han pasado nombres de grandes músicos como el espectacular baterista Bobby Rondinelli (Rainbow, Quiet Riot, Black Sabbath), el versátil bajista Rudy Sarzo (Quiet Riot, Ozzy Osbourne, Whitesnake y Dio), y otros virtuosos como Chuck Burgi, Tommy Zvoncheck y Greg Smith…

Tuvieron su momento de fama y vaya que lo disfrutaron, pues entre otras cosas forman parte de la cultura "pop" norteamericana: el clásico de la banda "(Don't Fear) The Reaper", por ejemplo, tuvo un intersante sketch en el programa Saturday Night Live como "More cowbell", pero además este tema ha sido versionado por bandas como  Evanescence, HIM, Big Country, The Goo Goo Dolls y los propios Wilco, pero por si esto no fuera suficiente otras canciones del grupo han tenido sus versiones en manos de tipejos como Metallica, The Smashing Pumpkins y hasta con el iracible Sebastian Bach...

Y por si esto no fuera suficiente, el galardonado escritor Joe Hill (autor del millonario libro "El traje del muerto"), se ha declarado admirador de la banda...

Si bien es cierto que la última grabación en estudio corresponde al disco "Curse of the Hidden Mirror", publicado en el año 2001, el grupo se ha mantenido dando conciertos alrededor del mundo, permitiéndole con esto seguir vigentes de alguna manera en el tan devaluado medio del hard rock (y el heavy metal, también, por aquello de la falta de nuevas bandas que revitalicen al género) y en general en el ambiente musical…

El asunto es que como está sucediendo de unos años para acá, todas las legendarias bandas de rock están siempre celebrando aniversarios, y Blue Oyster Cult no podía ser la excepción: este 5 de noviembre de este 2012 el grupo dio un concierto (en el Best Buy Theater en Nueva York, con una capacidad para unas 2,100 personas), con el objeto de festejar su 40 aniversario, si consideramos que es en el año de 1971 que nacen oficialmente… pero lo curioso de dicho acontecimiento es que por primera vez en muchos años tocó la alineación original de la banda…

En plena celebración

   
Según las crónicas de quienes presenciaron dicho evento, la primera parte del concierto estuvo a cabo de Donald "Buck Dharma" Roeser y Eric Bloom, acompañados de Jules Radino en la batería, Richie Castellano en guitarra y teclados y Kasim Sulton en el bajo, que son quienes componen la actual alineación de Blue Oyster Cult… sin embargo, en medio de un descanso que plantearon Donald y Eric sirvió de pretexto para que Allen Lanier se ocupara de los teclados, Albert Bouchard se pusiera detrás de la batería y Joe Bouchard se ocupara del bajo para interpretar 3 temas…

El punto máximo fue cuando todos se unieron en el escenario: Jules Radino y Albert Bouchard, Richie Castellano y Allen Lanier, Kasim Sulton y Joe Bouchard que junto a Donald y Eric interpretaran el legendario tema “Don't Fear) The Reaper”…

Ahora, después de esto no han faltado ya las exageradas hipótesis, los rumores y hasta los buenos deseos para que el rencuentro de Donald "Buck Dharma" Roeser y Eric Bloom con Allen Lanier, Albert Bouchard y Joe Bouchard de para algo más a futuro, sin embargo, hasta ahora no hay pronunciamiento de parte de alguno de los integrantes…





Mucho de lo sucedido en ese 5 de noviembre se puede apreciar no sólo en los diversos videos que se han subido a youtube, en donde se tiene registrada más de la mitad de la presentación que ya en muchos sitios web ha sido reseñada por personas que le presenciaron (quizá por ahí haya ya algún video completo)… pero por si fuera poco, ya existen varios bootlegs a nivel audiencia, como el que acá se presenta, con el concierto completo y una calidad de audio más o menos decente…

O a esperar un futuro DVD…



Religiones afroamericanas y Cine*

Las religiones afroamericanas han ido ganando espacio en el cine y la tv, pero para en algunas circunstancias para mal… casi siempre forman parte de truculentas tramas en las que los malos son Santeros o Paleros (y ocasionalmente practicantes del Vudú) que se ven inmiscuidos en actividades criminales, lo que es un claro ejemplo de cómo la deshonesta práctica religiosa está traspasando las fronteras de Iles y Cabildos…

Para muestra podemos tomar capítulos de series norteamericanas actuales como Criminal Minds y CSI Miami… o películas como “Perdita Durango”, “Borderland”, “The Believers” y “Santeria: The Soul Possessed”, en las cuales Santeros y Paleros son convertidos en asesinos y delincuentes que siempre caen en las manos de la justicia…

Pero también se han realizado otros films que suelen abordar el tema de la Santería, el Palo y el Vudú con buenos resultados y a lo largo de varios años, como sucede con “The Serpent and the Rainbow”, "Angel Heart", “El Curandero” y la reciente “7 días en la Habana”…

Y finalmente hay películas que suelen tener pequeños guiños como “Amarte duele” donde el personaje principal de nombre Ulises trae siempre al cuello un collar con caurís… o The Fifth Element, en donde al principio del film podemos a preciar espacianos de voluminoso cuerpo que tienen escrito en la espalda el signo de Obara Meyi….

Aparte del amarillismo, el gore y la violencia explícita o los guiños al Palo, Osha y Vudú, existen otras realizaciones cinematográficas por demás disfrutables, menos escandalosas y que sólo viéndolas a detalle se puede descubrir que llevan un trasfondo religioso que no necesitan hacer referencia alguna para saber que el tema principal es sobre ellas…

Pero vayamos por partes…

1.
Robert Johnson está considerado uno de los mejores guitarristas de blues de toda la historia... aunque hay algunos que dicen que en realidad es el mejor... sin embargo, a esa leyenda le acompaña otra que habla de un pacto con el Diablo precisamente para ser el "mejor" de todos...

Robert nació en 1911 en Mississippi y desde joven se sintió atraído por la música, misma a la que se dedicó de lleno cuando un problema de la vista le impidió seguir en la escuela... sin embargo, según testimonios en realidad Robert era bastante mediocre, mujeriego y para su desgracia negro…

En 1930 se casó y su mujer quedó embarazada, aunque ella y su bebé murieron durante el parto, lo que hizo que se dedicara con mayor pasión a tocar el blues, llevándolo a recorrer los caminos rurales de Mississippi durante muchos años hasta que se le pierde la pista durante tres años (de los que no pista alguna), y sin embargo, Robert reaparece por su pueblo, se casa con una viuda adinerada, tiene un hijo y manifiesta gran virtuosismo en la guitarra…

Robert Johnson

Los grandes músicos de blues de aquella época no encuentran otra razón para explicar esto más que acusándolo de haber hecho un pacto con el Diablo… y con el tiempo “surgieron” los detalles de dicho trato: se dice que vendió su alma al Diablo en el cruce de lo que actualmente es la autopista 61 con la 49 en un lugar llamado Clarksdale, a cambio de tocar el blues mejor que ningún otro músico…

Nadie sabe el origen de los detalles del trato, pero se dice que Robert llegó a ese cruce y estuvo varios días pidiendo la presencia del Diablo a la media noche (recordemos que aquella zona cuenta con la fuerte presencia del Vudú y la Osha)… hasta que finalmente el mismo Diablo se le apareció, platicaron y llegaron a un acuerdo: la fama a cambio de su alma… Johnson aceptó, el Diablo le quitó su guitarra y desapareció…

Noches después éste hizo su re-aparición a la media noche, le devolvió su guitarra y le dijo que sus larguísimos dedos sólo tenían que posarse sobre su instrumento para interpretar el mejor blues que se hubiera escuchado jamás… a partir de esa noche Robert tocó por todo el sur del país sin quedarse en el mismo sitio sorprendiendo a todos con su versatilidad, su rapidez y por el trance en que parecía entrar cuando pulsaba las seis cuerdas… además de convertirse en un inspirado compositor de cuyas canciones se pudo extraer “pistas” sobre el famoso sitio donde se hizo el pacto con el Diablo, como en el tema “Crossroad blues” que describe un cruce de caminos que muchos consideran como el lugar señalado para el “maléfico” trato…

Entre 1936 y 1937, Robert grabó 29 canciones para un proyecto universitario que buscaba dejar testimonio de los máximos exponentes del blues rural (se afirma que en realidad fueron 30 temas, y que el último está perdido en la historia por ser técnicamente imposible de interpretar), por lo que esas grabaciones y las fotos de aquellas sesiones son la única prueba de la existencia de Robert Johnson…

En 1938 Robert tocaría en Carolina del Sur, más cometió "el error" de seducir a la mujer del dueño del local donde se presentaría… así que se dice que el despechado marido le acercó una botella de whisky con estricnina, lo que provocó su envenenamiento y dolorosa muerte un par de días después…

Hay quienes afirman que murió de un padecimiento pulmonar por su excesiva forma de fumar, y otros que afirman que en realidad fue de una enfermedad venérea debido a sus correrías sexuales, sin embargo en su acta de defunción se señala que al cuerpo de Robert no se le practicó autopsia…

Pero con su fallecimiento se acrecentó el mito: si bien el pacto con el Diablo era la entrega de su alma al conseguir la fama, Robert se negó a pagarla y por eso no tenía una residencia fija y se la pasaba huyendo de un lugar a otro… más también como se afirma: el Demonio está en todos lados y tarde que temprano se las cobró todas a Johnson… y por si fuera poco se dice que sus restos fueron separados en tres tumbas diferentes (situación común en las maldiciones Vudú) y en fosas sin nombre… más si esto es cierto habría que ver quién fue el ocioso que hizo esto las razones que lo motivaron…

2.
Hay una película llamada “Crossroads” del director y productor Walter Hill… como el nombre de la misma canción Robert Johnson?... sí: es un film inspirado en la vida de Robert y su mítico pacto con el Diablo…

En la trama un joven estudiante de música clásica es admirador de Robert Johnson y trabaja en un asilo para ancianos… por azares del destino conoce a un viejo negro armonicista que en sus ratos libres le cuenta que acompañó a Robert en sus últimos días y dice haber escuchado un tema que el guitarrista nunca grabó… con el tiempo el jovencito trata convencer al anciano que le enseñe dicha canción inédita, pero él le advierte que lo hará sólo si lo lleva al legendario cruce de la autopista 61 con la 49en Clarksdale, Mississippi, que fue donde el viejo “también” vendió su alma al diablo siendo un adolescente para ser el mejor intérprete de la armónica de su tiempo…

Cartel del film Crossroads


Así, la película transita en el largo viaje iniciático (espiritual) en búsqueda del cruce, con algunas clases de guitarra y con diversos encuentros y desencuentros, entre los que destaca una chica que los acompaña en parte de su recorrido rumbo a Mississippi y de la que el joven se enamora… y es aquí donde se da una de las mejores escenas que se hayan filmado sobre el tema del blues: es media noche, la chica se ha marchado y el chamaco está sentado en un sillón con su guitarra en las manos, se le acerca el anciano y le dice, palabras más palabras menos, que “para interpretar el blues como verdaderamente se toca, se debe estar enamorado… y ser mal correspondido”, así que ahora con la tristeza por el abandono ya puede tocar un verdadero blues… el anciano se va y el joven comienza a tocar un emotivo blues…

Finalmente llegan al famoso cruce de la ruta 61 y la 49, donde “el mismo Diablo se aparece” nuevamente y les propone otro pacto: un duelo de guitarras entre el jovencito y su endemoniado y consentido guitarrista… si él chico gana, el Diablo deja libre el alma del anciano, pero si pierde se quedará también con la suya…

3.
Muchas partes de Estados Unidos están influenciadas por el Vudú… no sólo la parte del Mississippi, sino también del otro lado del Delta y hasta New Orleans la han visto crecer… pero el Vudú no es sinónimo de zombis… también es una religión con deidades y liturgia bastante difíciles de entender si se desea tener un acercamiento directo con sus fuentes, pues en Haití se habla una extraña lengua nativa llamada créole, razón por la cual el Vudú ha tenido menos penetración que la Santería o el Palo…

Como sea, no se puede acusar a la Santería ni al Vudú (ni al Candomblé, ni al Mayombe, ni a la Umbanda, ni al Kimbisa y ni a la Kimbanda) de ser sinónimos de brujería, pues tienen muchas características en común que las hace universales y las emparentan con la religión Católica… de hecho no hay religión más influenciada por el catolicismo que el propio Vudú…

Una de las similitudes que encierran estas religiones se refiere a sus deidades… en el Vudú existe una deidad llamada Legba, en el Mayombe se llama Lucero, en el Catolicismo Santo Niño de Atocha y en la Santería Elegguá… esta entidad se caracteriza por ser la encargada de abrir o cerrar los caminos de las personas…

Más en el caso de Legba se le ha caracterizado como el Dios de las encrucijadas, a donde suelen llegar todos los seres humanos cuando en algún punto de su vida deben tomar una decisión… es visto como un joven o un anciano y a menudo representado con cuernos (clara alusión al Diablo), y su lugar de culto se encuentra en los cruces de las aldeas en el campo…

Representación haitiana del Legba 
 
La cuestión es que el Diablo "es malo" (para los eternamente confundidos católicos) simplemente porque le pone al ser humano la tentación para hacerle dudar en si obrar bien o mal… si ser buena o mala persona... si se actúa bien la persona evoluciona, pero si se comporta mal y cae ante la tentación, involuciona… y las mismas funciones tienen Eleggua y Eshu… pero y todo esto qué tiene qué ver?

Muy sencillo: si Robert Johnson vivía en Mississipi, y ese lugar estaba ya influenciado por la práctica religiosa del Vudú en esos años (1900/1920), entonces podríamos preguntarnos: con quién se supone que hizo pacto Robert Johnson?...

Así que llámese Legba, Lucero, Santo Niño de Atocha o Elegguá-Eshu… o el Diablo, como algunos ignorantes insisten en emparentarlos, posiblemente Robert Johnson sí hizo un pacto con alguien, aunque no necesariamente con el Diablo… originalmente, mientras se ve el film, uno puede pensar al principio que pudo haber sido con Eshu (tanto él o cualquiera de las deidades ya citadas viven en las esquinas de los cruceros… en los “Crossroad” a los que les cantó el mismito Robert y hasta dónde puede llegar cualquier persona para hacer lo mismo), pero…

4.
Supongamos que mientras se ve el filme uno puede pensar que si efectivamente Robert hizo un pacto para ser famoso, entonces uno de los residentes de las esquinas lo mató por no cumplir su palabra?

Hasta donde yo sé ni Legba, ni Lucero, ni el Santo Niño de Atocha, ni Elegguá-Eshu matan a alguien por no cumplir una promesa: nomás hacen la vida imposible y son capaces de dejar a la persona hasta en la indigencia… o sea que si se les pide que abran camino para obtener algo y después no se cumple lo prometido, lo que hacen es cerrar todas las opciones en la vida para que el incumplido pierda todo, hasta que pague… pero matar?... bueno, por el Diablo no puedo asegurar nada…

Como nota curiosa recordemos que Robert se perdió durante tres años según sus biógrafos, sí, y el número tres es el número que representa a todas estas deidades, así que...

5.
Robert Johnson?... pacto con el Diablo?... o "tres" años de práctica intensa con la guitarra para ser el mejor bluesman de toda la historia?...

6.
Siguiendo con la película: el adolescente y el anciano llegan al famoso cruce de la ruta 61 y la 49, donde el mismo Diablo se les aparece y les propone otro pacto: un duelo de guitarras entre el jovencito y su endemoniado y consentido guitarrista Jack Butler… si él chico gana, él deja libre el alma del anciano, pero si pierde se quedará también con la suya… el desafío se realiza en pleno “corazón” del infierno donde el joven termina venciendo al pupilo del Diablo después de un animoso jam guitarrero a ritmo de un trepidante boogie blues…

Sin embargo, toda la película adquiere sentido al llegar el joven y el anciano al famoso cruce, pues un lujoso auto en el que viaja una insolente pareja se detiene frente ellos y el viejo, tras entablar un ríspido dialogo con ellos, advierte que quiere ver (textualmente) a Legba… y éste (cínico y tramposo, como todo mundo se imagina a Legba, a Lucero, al Santo Niño de Atocha y Elegguá-Eshu), aparece cuando el deportivo se aleja…

Ralph Macchio y Steve Vai en una escena del film Crossroads
 
Más por encima de todas interpretaciones cinematográficas que se quiera hacer sobre el duelo guitarrístico, dicha confrontación puede verse meramente como un ebboe (y la fe puesta en él) para la alineación de energías a partir del cumplimiento-descumplimiento de un pacto, pero profundizando en esta acción, sobre todo en el cambio de actitud del adolescente que al ejecutar su guitarra en la competencia asume con humildad su destino de ser un itinerante bluesman, entonces podemos entender mucho del sentido del film, y en consecuencia, buscaremos la manera de verlo de nuevo para entender más de la oportunidad que tenemos de cambiar nuestra forma de ser para evolucionar dentro del Palo, la Osha y el propio Vudú…

7.
Temas místico-esotéricos aparte, es una pena que el duelo guitarrístico, magistralmente interpretados en el film por el excelente guitarrista en la vida real Steve Vai, en el Papel de Jack Butler – vestido irónicamente con rojo y negro, los colores que identifican a Legba – y el adolescente actor Ralph Macchio en el rol de Eugene Martone, grabado en la vida real por el propio Steve Vai y el multifacético maestro de las seis cuerdas Ry Cooder (encargado de la mayor parte de la música de la película), no haya sido incluido en el soundtrack de este agradable y a su vez objetivo film…

* Una primera versión de este texto la publiqué originalmente en el blog Ifapagano del Olowo Ojuani ni shidi…

Manuel Gutiérrez Aragón - Gloria mía



Manuel Gutiérrez Aragón es un director y escritor español, nacido un mes de enero de 1942 en Torrelavega…  es de todos conocido que quería ser periodista pero al llegar a Madrid no encontró cupo, optó por inscribirse en la Escuela Oficial de Cinematografía de la misma ciudad…

Y esa diversidad con los años lo hace engrosar la lista de directores de cine que también son literatos como Satyajit Ray, Hanif Kureishi, David Trueba, Jean Claude Carriere y el mismo Guillermo del Toro, que no sólo obtienen éxito detrás de las cámaras, sino que además generan obras literarias que suelen ratificar en la mayoría de los casos su creatividad e inspiración…

Hasta le fecha Manuel Gutiérrez Aragón era principalmente reconocido por haber dirigido excelentes filmes como “Camada negra”, “La mitad del cielo”, “Cosas que dejé en La Habana” y quizá el más conocido: “El Caballero don Quijote”, es además miembro numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, pero tambiéh ha incursionado en la literatura con igual éxito publicando dos novelas: “La vida antes de marzo”, ganadora del prestigiado concurso de literatura “Premio Herralde de Novela” en 2009 y la más reciente “Gloria Mía” que es de la que ahora nos ocuparemos...


El propio Manuel Gutiérrez Aragón define “Gloria mía”’ como: “una novela de aventuras moderna. Cuenta la historia de un joven alicantino envuelto en las llamadas guerras de liberación latinoamericanas. Después de algunos años de lucha, convencido que la revolución no va a suceder muy pronto, nuestro protagonista inaugura una nueva vida como agresivo capitán de empresa”

Y efectivamente, la novela es una obra de “aventuras” de hombres vivida por un personaje llamado José Centella, pero cuyo motor de cambio en las diferentes etapas de su vida que él mismo narra a modo de autobiografía, son y serán siempre las mujeres… y aquí la maestría narrativa de Manuel Gutiérrez Aragón hace transitar al personaje entre situaciones que van de lo drámático y lo violento hasta lo poético e incluso lo cómico, provocando en el lector momentos de reflexión o llevándolo hacia la carcajada por su pícaro cinismo …

No se puede dejar de lado el matiz filosófico que adquieren algunos parlamentos, como aquella reflexión en el que el propio José Centella le confiesa a su amigo al referirse a uno de sus tantos trances amorosos: “Cada uno tenía una llave y entrábamos al departamento por separado. Amores clandestinos, MB, adulterio que dicen los burgueses. Hacer sexo no es diferente de beberse un vaso de agua, pero nadie bebería un vaso de agua sucia, puntualizaba Lenin”…

Sin embargo, el personaje principal “José Centella”, pese a que sus aventuras, terminan convirtiéndolo en un personaje entrañable por el cual el lector no puede evitar cierta simpatía, es al final de cuentas el claro ejemplo de qué tan fácil el propio sistema capitalista termina por degradar la moral revolucionara de un idealista, para dar paso a un ser mosntruosamente existencial, ruin y enviciado que no es sino el reflejo de la misma figura o prototipo que en algún momento de su vida él (y la propia revolución) pretendían destruir…

Y ese es el “sino” de “José Centella” a lo largo de la novela: de guerrillero a pistolero, de pistolero a empresario… y de empresario a basura humana…


“Gloria mía” nos presenta a un Manuel Gutiérrez Aragón profundamente documentado no sólo al describir detalladamente las condiciones en las que se puede vivir en la selva, sino que además da claras muestras de haber profundizado objetivamente en la ideología de aquellos habitantes de los países del tercer mundo que aún creen en la existencia de una vida mejor a través de la lucha armada… por ello resulta por demás reveladora la confesión que hace el autor cuando habla de la manera sincera cuáles fueron sus fuentes:

“He hecho tres o cuatro viajes a Colombia, me he entrevistado con antiguos guerrilleros (curiosamente algunos de ellos son bastante literatos, sobre todo poetas) que me han contado sus aventuras. En algún momento tuve muchísima documentación que me llegó a pesar un poco. Al final solo habré utilizado un 5% de toda la información reunida. En realidad mi mayor esfuerzo ha sido para borrar las junturas –unión- entre el testimonio y la ficción y que formen un todo orgánico”…

Pero no por ello “Gloria mía” se convierte en una mera memoria documental (sic) revolucionaria, es gracias a esa ficción que Manuel Gutiérrez Aragón le da vida a tanto testimonio para convertir cualquier pensamiento retórico en algo digerible… así, las páginas transcurren y la selva se convierte sólo en un eco, en “algo” que fue (sólo) parte de la vida de “José Centella”, pero que al parecer le marcó en definitiva… y no por el discurso revolucionario en el que en su momento creía, sino por la sombra a la que su traicionera memoria siempre le remite: la bella Stella vigente en la presencia de la indefinible (pero finalmente perniciosa) Gloria…

La novela "Gloria mía", publicada por Editorial Anagrama este año, no se ha escapado a calificativos de ser "una historia amena" o de estar plagada de "efectismos populistas", como acusó Santos Sanz Villanueva en el suplemento "El Cultural", a lo cual podríamos aplicarle el beneficio de la duda en el momento en que el gran novelista Juan Marsé la define como "una novela vigorosa y sorprendente, llena de humor satírico. La peripecia vital de un guerrillero en la selva colombiana que defiende un ideal revolucionario y acaba en España abrazando las vergüenzas y corruptelas del capitalismo"… mientras que el periodista y escritor Manuel Vicent opina que es "literatura de un gran narrador: primero fueron imágenes, ahora son palabras"

Pero “Gloria Mía” de Manuel Gutiérrez Aragón es una refrescante obra y un oásis altamente recomendable en el actual panorama literario, cuya producción ha sido saturada hasta la hipotermia por teorías vampíricas o el inevitable, exagerado y navidesco fin del mundo este 2012…

Manuel Gutiérrez Aragón, Gloria mía, 336 páginas, Editorial Anagrama, 2012.