Los diarios de
hoy destacan la siguiente noticia “Taxistas y vecinos destrozan 5 autos de Uber
y Cabify cerca del aeropuerto del DF”… para quienes no vivan en méxico, Uber y Cabify son taxis particulares que se contratan a través de una app
y cuya tarifa es mayor al promedio de los vehículos de alquiler…
Recientemente los
taxis tradicionales (cuyo servicio regula el gobierno local), han emprendido
una campaña de linchamiento contra los particulares, acusándolos de ser una
competencia desleal… sin embargo, sus argumentos carecen de lógica pues no se
puede cuestionar los motivos personales por los cuales los usuarios optan por buscar
otras opciones de transporte…
Evidencias contra
los taxis tradicionales hay muchas, y si se opta por pagar una tarifa mayor es para
no soportar malos tratos, taxímetros alterados, suciedad de las unidades,
riesgo de robo o secuestro y peligro de agresiones sexuales… irónicamente esos
motivos no son reconocidos por los taxistas y han comenzado una cacería y
agresión contra Uber y Cabify: un enojo pervertido y que obedece a la retorcida
deformación de la realidad mexicana…
El verdadero
problema es que el servicio de taxis regulados esta supervisado por el gobierno
local e incluye cumplir requisitos relacionados con color, estado físico y
mecánico del vehículo, licencia, uso de luces interiores, seguro, cursos,
revistas, verificación del taxímetro, botiquín de primeros auxilios, pruebas de
antidoping, uso de uniforme y obviamente el pago de impuestos, mientras que los
particulares están exentos de todo eso y más…
Pero como siempre
sucede, el mexicano desvía su odio contra su prójimo y no contra el origen del
problema: el gobierno que es quien establece ese dispar trato, pero para ellos
es mejor a criticar a los usuarios que rentan un servicio más caro y destruir
los autos de aquellos, que al igual que muchos miles en este país, ven a Uber y
Cabify como una opción para evitar el desempleo…
Cómo es que el
gobierno consiguió en tan pocos años hacer que el mexicano maltrate, odie, haga
responsable de sus desdichas e incluso asesine al mismo mexicano, en lugar de
reconocer que el único responsable de su miseria son los sucesivos regímenes plagados
de funcionarios corruptos?... o en el mejor de los casos: por qué el mexicano
no reconoce que ellos mismos entregan todo el poder a los políticos (en cada
elección), dándoles las facilidades para que nos sobajen, exploten y engañen?
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