Apenas empezó Mauricio Macri a gobernar a los argentinos y ya dio
muestras de su estilo: despidos masivos, alzas del 500% en tarifas de
electricidad, designación por decreto de los jueces de la Corte Suprema, criticar-odiar-despreciar-insultar
a Venezuela, arresto de líderes sociales opositores, nombrar a sus amigos empresarios
en altos cargos políticos, depreciación en el poder adquisitivo y en el colmo
de la humillación: sentar a su perro en el sillón presidencial…
Pero poner al firulaís en la silla desde la que el
presidente toma decisiones, les ha parecido muy divertido a los argentinos (se llama Balca en can y en
el colmo de la estupidez consiguió más de 3 millones de me gusta por la foto) y no se dan cuenta de la amenaza de que Macri
NO dudará en lanzar a los perros para
reprimirlos si se les ocurre protestas por sus políticas neoliberales…
Se advirtió hace un par de meses sobre el error de otorgar el poder a
Macri (http://imprentadealmas.blogspot.mx/2015/11/ya-se-daran-cuenta-los-argentinos.html), y para suerte de algún demonio sumerio yo no demostraré
ese traspié, son dos los ejemplos ajenos de cómo la realidad alcanzó, demasiado
pronto, a una Argentina que ya vio sus mejores años de dignidad hace décadas…
El primer ejemplo lo tenemos en el periódico mexicano La Jornada y la
nota publicada el 28 de enero titulada: “Cunde la repulsa contra Macri y su autoritarismo”, la cual es más que
elocuente (http://www.jornada.unam.mx/2016/01/28/mundo/020n1mun)
En una entrevista al periódico finlandés Iltalehti se quejó: “Yo vine a Argentina a vivir y formé mi
familia aquí porque era un país que estaba creciendo, me gusta la calidez y
sencillez de su gente y había mucho por hacer, era un lugar estable, pero desde
que ganó el nuevo presidente (Mauricio Macri), todo eso parece que se está viniendo abajo. La situación política es
tan inestable que lo estamos analizando. Queremos estar tranquilos respecto al
futuro… Nos atrae Europa. España podría ser una nueva casa para nuestra
familia, lo hemos pensado seriamente”…
Más la culpa no la tienen los Mauricio Macris, Ortegas, Rousseffs, Peñas, Humalas ni aquellos presidentes que a diario se empeñan en despreciar
a sus gobernados, la responsabilidad es de los millones que votan por ellos y
después se olvidan de hacerles cumplir un mandato constitucional, esos que no
se dan cuenta que con su pasividad prolongan su jodidez, abandono y miseria,
mientras unos pocos se enriquecen y garantizan la opulencia y la impunidad de
sus clanes hasta por generaciones futuras…
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