Es lo malo de los libros 19: mi vida con W (final)



13.
A veces W lloraba durante nuestras comidas o cenas mientras me platicaba lo miserable que se sentía a lado de su marido… en cierta ocasión la confesión de una anécdota la afectó tanto que estaba al borde de un colapso nervioso… aquello me desconcertó, así que traté de abrazarla para que se tranquilizara, más no lo permitió y su rechazo fue notorio, provocando que los demás comensales voltearan a vernos…

- soy un cabrón – exclamé…
- de qué hablas? – preguntó W en medio de un mar de lágrimas…
- soy un desgraciado contigo – reiteré…
- por qué dices eso? – me cuestionó tratando de controlar el llanto…
- no sé… tú explícamelo, pero al menos para todos los que nos rodean, incluyendo a los meseros, eso soy por mi manera de tratarte: te he tenido llorando durante la cena…

W se sorprendió, volteó a nuestro alrededor y descubrió que varios pares de ojos nos observaban: a ella compadeciéndola y a mí fulminándome… dejó de gimotear…

14.
- de los textos que he leído éste es el más hermoso de todos – me dijo sosteniendo “El rey en el jardín” de Senel Paz…
- es el mejor libro de la literatura Cubana – comenté satisfecho…
- deja de burlarte de mí – reclamó W divertida…
- no lo hago – aclaré – jamás imaginé encontrarme con una persona que pensara lo mismo que yo…
- gracias por regalármelo – dijo abrazándolo – ahora tengo un dilema…
- cuál? – pregunté intrigado…
- no sé qué me gusta más: si “El rey en el jardín” o la dedicatoria que me escribiste en la primera página…
- eso sólo puedes decidirlo tú – le aclaré…
- te dejaré con la duda - advirtió con una coqueta sonrisa…

15.
Una mañana de principios de septiembre, cuando comenzaba el tercer año de su intento de divorcio, me llamó a mi celular:

- hola – saludó y sin esperar mi respuesta agregó – me urge verte…
- estás bien? – pregunté preocupado…
- puedes ahorita? – ignoró mi pregunta – estoy en la cafetería de la librería del Fondo de Cultura Económica…
- déjame avisarle a mi jefe que saldré al banco…
- te espero – avisó… 


Estaba sentada ante una taza de café, al verme su rostro se iluminó…

- quieres tomar algo? – preguntó…
- otro igual al tuyo – respondí llamando al mesero…
- ya está – avisó…
- qué? – dije extrañado mientras me tomaba de la mano…
- mi divorcio – aclaró – vengo de firmarlo: recuperé todo lo mío…

Me quedé observándola: parecía confundida aunque en su mirada se percibía la certeza de algo, quizá “un futuro”, a saber en qué confiaba… conversamos largamente hasta que metió la mano a su bolso, cosa que cuando pretendió sacar le detuve…

- ni lo intentes – le advertí…
- qué? - preguntó extrañada - cómo lo sabes?!…
- si lo haces me ofenderás – dije mientras me reservaba, una vez más, aquello de mi aún intermitente videncia…
- cómo puedo retribuirte que hayas sufrido conmigo?
- en verdad quieres hacerlo?
- sí – respondió…
- con una sonrisa que refleje el estado de tu alma es suficiente…
- nada más? – me cuestionó extrañada…
- estos años he rezado por ti y en su momento tú también lo harás por mi alma: es lo mejor que puedes darme… aparte de esa sonrisa - y me sonrió: me dio el gesto lleno de luz que quería ver…
- pero fue mucho el tiempo que estuviste junto a mí, te debo tanto…
- si crees en las reencarnaciones o en la “ley del karma”, creas en lo que sea, nada nos debemos…
- eres un verdadero cabrón: siempre lo dije…
- en verdad sabes quién soy? – la cuestioné…
- mentiría si lo afirmo, pero algo me imaginé que tenías en especial cuando acepté que me invitaras a tomar un café la primera vez que te vi – reconoció… le sonreí al tiempo que recargaba mi espalda en el respaldo del sillón: ello significó una alerta para la paz de su alma…
- quién es ella? – dijo percibiendo una leve contrariedad en mi rostro, pero más que nada como buena observadora que siempre fue…
- lo mejor o lo peor de todo es que no lo sé – me sinceré – ha captado mi atención, aunque no hay nada formal…

W clavó la mirada en uno de los estantes llenos de libros que estaba mis espaldas y permaneció en silencio tratando de controlar las lágrimas… una vez que lo consiguió dijo:

- sabes que estoy enamorada de ti? - me preguntó…
- me temo que sí...
- desde cuándo?
- desde cuándo me amas o en qué momento me di cuenta?…
- no importa: yo puse esos límites cuando aclaré que “un futuro” entre nosotros no era seguro - se resignó - yo maldije esa oportunidad
- el futuro no existe – la interrumpí – olvidé decírtelo aquella vez…
- me da gusto que haya alguien – expresó – a cambio de todo lo que me has dado déjame regalarte un libro o tres o diez: los que tú quieras de todos los que hay aquí… por muy caros que sean…
- sólo “Hotel tierra” – respondí tras pensarlo bastante – creo que el autor es Sabino Méndez…
- únicamente ése?! – me cuestionó…
- sí…
- quiero hacerte una pregunta – pidió tras dudar…
- hazla…
- por qué aceptaste quedarte a mi lado?
- por la única razón por la que hago muchas cosas en la vida, pero nadie lo entiende: porque se me dio la gana - W abrió exageradamente sus hermosos ojos…
- lo dicho: eres un cabrón, vamos a buscar “Hotel tierra”…
 
Cuando salimos de la librería el texto de Sabino Méndez iba debajo de mi brazo izquierdo mientras que W afianzaba mi mano derecha… propuso meternos a un motel, garantizándome que mi integridad física estaría a salvo si así yo lo decidía… una vez ahí estuvimos abrazados viendo documentales sobre la vida marina hasta que la pasión nos rebasó… posteriormente ordenamos paella con vino blanco para celebrar su recobrada libertad…

Llegando a la entrada de mi trabajo recordé que iba a necesitar un pretexto para explicarle a mi jefe por qué tardé en regresar a la oficina…

16.
Durante meses nuestras salidas dejaron de ser discretas y nos veíamos casi a diario, adquiriendo el ritmo de una relación sentimental común y corriente: nos fuimos a vacacionar a la playa, concretamente a Ixtapa, donde pasamos 7 días disfrutando del sol, del mar y de largos paseos en lancha recorriendo las hermosas costas de aquella turística zona del estado de Guerrero…

En otra ocasión pasé un fin de semana en su casa… el único pero aquella ocasión fue el breve momento en que se le ensombreció el brillo de su mirada cuando recibí una llamada de la mujer que me tenía inquieto desde hacía meses… la invadió un momento de desánimo, pero de inmediato se recompuso y terminamos disfrutándolo bastante… 


Si bien no hizo ningún comentario, sé que algo se rompió dentro de ella, aunque en ese momento no lo percibí…

17.
Un viernes por la noche fuimos al “MultiForo Cultural Alicia”, donde mis amigos del grupo “Cabezas de Cera” darían un concierto… presenté a W con todos mis conocidos hasta que entramos al auditorio donde me encontré a Rafael Catana…

- mira W: él es mi gran amigo Rafael – señalé cortésmente - te presento a mi novia W…
- mucho gusto – dijo Catana estrechándole la mano para posteriormente darme un efusivo abrazo y decir con malicia – así que por esta belleza fue que me abandonaste? – y agregó - ya le has contado de nuestro romance?

Ella se sorprendió (no estaba acostumbrada a ese tipo de bromas ni a tratar con personajes cómo él), yo solté una carcajada y Rafael se apenó un poco ante la exagerada confusión que le provocó…

- no te lo creas preciosa, es una broma – intervino mi amigo… tras la aclaración ella se relajó e incluso sonrió varias veces divertida a lo largo del concierto…

18.
Tiempo después W cambió de empleo por uno que le llevó a viajar mucho y ausentarse bastante del país, así que los encuentros en su casa y las citas en restaurantes, librerías, cines y cafeterías se fueron diluyendo, siendo sustituidas por divertidos correos electrónicos…

Una noche durante una romántica cena le dejé conocer mis sentimientos a la hermosa mujer que había estado cortejando, confesión que coincidió con una llamada que W me hizo esa misma madrugada, desde Londres, diciéndome que prolongaría su estancia en Europa de manera indefinida…

Por el tono de su voz supe que sufría al comunicármelo: en ese momento comprendí que el cambio de trabajo fue con la intención de alejarse de mí al darse cuenta que tenía que dejarme en libertad… así que no hubo necesidad de decirle que horas antes un “sí” me había hecho un hombre muy feliz… se lo compartí semanas después…

18.
Actualmente la vida de W transcurre entre Lyon, Madrid y Florencia, desde hace varios años, en compañía de un pintor francés de origen aristócrata… sigue siendo una mujer hermosa de acuerdo a las fotografías que ocasionalmente me envía vía mail, junto con alegres descripciones de todo lo que ha descubierto en Europa …

Siempre amenazacon venir a mexiquito para secuestrarmey pasar unos días juntos en Jumiltepec, aunque estoy seguro que lo dice a manera de cumplido… sin embargo, sus textos siempre los termina con un apasionado: jamais va cesser de t'aimer

Es lo malo de los libros 18: mi vida con W (parte 2)



7.
Un domingo por la tarde mientras jugaba dominó, W me llamó a mi celular…

- interrumpo algo? – interrogó…
- nada importante - la tranquilicé, le di un trago a mi cerveza y me puse de pie mientras mis amigos se quejaban por suspender la partida…
- te aviso que saldré de viaje – dijo sin rodeos – salgo en la madrugada hacia Londres…
- y eso? - la cuestioné…
- mi esposo viajará por asuntos de trabajo – señaló…
- vaya - exclamé un tanto confundido...
- sé que suena extraño – comentó, pero de inmediato la interrumpí…
- no me expliques nada…
- te aclararé lo que debes saber – advirtió - hay mucho de por medio en ese divorcio: mi patrimonio, por lo que trabajé desde joven, él lo tiene hipotecado todo y no pienso dejárselo…
- haces bien en recuperarlo…
- te voy a confesar algo que no deberías saber – dijo con solemnidad – tengo años de no tener sexo con él, casi los cuatro que llevamos juntos: en todo ese tiempo sólo he hecho el amor una vez y fue contigo…

No supe qué decir… minutos después, tras hacerme reír varias veces, se despidió con un “te quiero”…

En cuanto regresó al país me invitó a cenar… apenas y nos vimos me entregó una bolsa en cuyo interior descubrí dos discos de grupos desconocidos para mí: “The Blue Nile” y “Thee Hypnotics”, junto con un libro de reproducciones de Claude Monet…

- es mi pintor favorito – señaló al ver mi cara de sorpresa…
- gracias – le dije emocionado…
- … y conservo mi virginidad exactamente igual desde que estuvimos desnudos por primera y única vez - soltó…
- eso no es asunto mío – le advertí…
- me queda claro que ni siquiera lo preguntarías – reconoció – pero para mí es importante que lo sepas, ya que decírtelo va más allá de cualquier situación que pudieras suponer sobre mi…
- lo sé – acepté tras percibir sinceridad en su mirada… una vez que ordenamos la cena, se me quedó viendo y sugirió:
- deberías comer un poco más… estás muy delgado…
- no me da mucha hambre – dije tratando de no entrar en detalles…
- y eso? - sondeó preocupada...
- sufro contigo y por ti, sabes? – W bajó la mirada y quedó en silencio…


8.
Saliendo de un cine le pregunté cómo le hacía para darse esas escapadas que nos permitían tener una relación, como despreocupados novios, estando ella casada…

- él odia a mi familia y a su vez ellos no lo soportan, así que le digo que iré a ver a mi madre y se conforma con eso…
- vaya - atiné a decir…
- el simple hecho de mencionársela lo pone de mal humor - agregó…
- lo clásico: el yerno que no soporta a la suegra – comenté divertido…
- es que no conoces a mi madre – soltó dejándome mudo…
 
Una vez que enfilamos rumbo a mi casa, durante la luz roja de un semáforo tomó su bolso, sacó un libro y me lo entregó, vi la portada y sonreí…

- cómo sabes tanto de mí? – la interrogué al descubrir que era de Hunter S. Thompson: “El diario del ron”…
- tú me lo cuentas todo durante nuestras conversaciones…
- pero hablamos tanto – me quejé…
- tú hablas, yo escucho y mentalmente tomo nota – presumió…
 
9.
Durante los tres años que tardó su divorcio conocí a varias mujeres, una de las cuales me interesó bastante… se lo confesé…

- te entiendo – aceptó con cierta tristeza…
- debería sentirme mal? – pregunté mientras cenábamos una ensalada…
- no, en verdad lo comprendo y me suena lógico – reconoció – temía que llegara este momento… y ahora que se hizo realidad, pues…
- mejor nos olvidamos del tema - propuse…
- de acuerdo, pero antes debo hacerte una pregunta: esta novedad cambia tu promesa de estar siempre conmigo?
- no – respondí con firmeza al tiempo que sentía la envidiosa mirada de varios hombres que se encontraban en el restaurant: no se podía pasar por alto la belleza de W…
- entonces te puedo pedir un favor? – reviró ajena a todos ellos…
- cuál? – pregunté intrigado…
- no dejes de contarme por qué te hace feliz… ella o quien sea…
- eres masoquista? – pregunté sin comprender el motivo de su petición…
- no, simplemente me gusta confirmar que pese a los malos ratos, la vida sigue y siempre hay “algo” más adelante…

Curiosamente ese prospecto de relación no fructificó…

10.
Mientras tomábamos un café, una lluviosa tarde, me confió:

- tuve que ir a un banquete… de esos de gala donde tocan una aburrida mezcla de muzak y lounge, ya sabes con quien fui… sorpresivamente una mujer bastante guapa, por cierto, se acercó y me invitó a bailar…
- y?
- obviamente me negué, así que volvió a su mesa… después regresó e insistió en lo del baile… a mi marido no le importó, pero como la rechacé de nuevo, ella decidió quedarse parada a mi lado, mirándome y en espera a saber de qué
- no entiendo – dije…
- mi esposo se puso de pie y se alejó ignorando el acoso, ella en ese momento soltó un “te amo, me gustas y no pienso irme de aquí sin tu compañía”…
- y qué diablos pensaba ese pendejete al dejarte sola? – protesté…
- no te dije? – me preguntó y de inmediato respondió - es homosexual… y siempre lo ha ocultado porque no hubiera sido bien visto por su jefe…
- en serio? – pregunté sorprendido…
- claro, y la mejor manera de disimularlo era casándose con una mujer como yo – dijo, más lejos de sonar vanidosa, daba una pista de lo complicado que era su vida - de ahí viene el infierno en el que vivo…
- y cómo es que no te diste cuenta que era homosexual? – pregunté confundido - cómo consiguió conquistarte?
- es muy listo y hábil en muchos aspectos, pero también violento, rencoroso, siniestro y lleno de maldad: te analiza durante meses hasta que descubre la manera de hacerte pedazos o de embaucarte – y agregó – lo de su homosexualidad? sencillo: su falta de interés en el sexo lo justificó con su diabetes, colesterol y la presión arterial alta…
- y la “enamorada”? – retomé al descubrir que el tema la incomodaba…
- el personal de vigilancia la sacó del salón discretamente…

11.
La madrugada de un martes me llamó y dijo a manera de amenaza:

- paso por ti mañana a las ocho… llévate una muda de ropa porque nos iremos de paseo…
- y eso?
- mi esposo salió de viaje a Portugal…
- esta vez no te llevó? – dije, más de inmediato me arrepentí al descubrir que mi comentario sonó mordaz…
- insistió en que lo acompañara, pero le dije que no me habían dado permiso en mi trabajo… aunque sí lo hicieron, pero para irme de pinta contigo – y agregó – bueno, eso en caso de que quieras…
- te espero – contesté…

Al siguiente día íbamos sobre avenida Insurgentes, rumbo al sur de la ciudad, pero sin realmente tener idea a dónde dirigirnos…

- ya nos llevará el destino – dijo arrancando su auto último modelo…
- no, el destino es un señor muy cabrón al que no debes dejarle opinar – avisé - vamos hacia Morelos…


Llegamos y le propuse que se dejara guiar por su intuición… lo hizo y antes de llegar a Ocuituco se desvió rumbo a Jumiltepec, transitamos largamente por un camino de terracería hasta que nos detuvimos frente a un letrero donde se leía: “Hotel Ecológico Quinta La Joya”… sin dar tiempo a nada entró al estacionamiento, fuimos a la recepción y alquilamos una suite… después nos dirigimos al restaurant, comimos relajadamente, caminamos por los jardines del hotel y nos encerramos en nuestra habitación el resto de la jornada…

Al día siguiente pasamos parte de la mañana en la alberca (dos jóvenes se dedicaron a ver a W con lujuria el tiempo que estuvimos ahí)… después de comer descubrimos que una muda de ropa no sería suficiente para quedarnos más días, así que fuimos a Ocuituco de compras…

Los días que estuvimos ahí hicimos el amor a todas horas, visitamos los poblados que rodeaban Jumiltepec, curioseamos en una tienda cuarzos y un local de libros usados (en la que ella me regaló una vieja edición de “El retorno de los brujos” y yo a su vez le obsequié un chuzo engarzado en oro), comimos en un mercado y recorrimos el Convento de Santiago Apóstol… cuando llegó la mañana del domingo emprendimos el regreso ya que su esposo volvía esa tarde…

Durante el trayecto los demás autos nos rebasaban con rapidez, pero ella mantenía una velocidad discreta, así que le dije mientras en el reproductor sonaba Georgia Satellites clamando “Don’t pass me by”:

- aunque no fue un acuerdo notariado, finalmente rompimos eso de que “no podemos seguir con lo nuestro”…
- cállate – dijo con dulzura mientras las lágrimas brotaban de sus ojos…
- por qué lloras? – le pregunté…
- porque vamos separarnos tras pasar unos días estupendos – confesó…

12.
Hubo una época en que nuestros encuentros se espaciaron al grado de pasar hasta un mes sin saber de ella, sin embargo, en alguna interrupción de sus silencios (atendiendo a su solicitud), le comenté por teléfono que había conocido a una mujer que me gustaba demasiado… no dijo nada, quizá pensando que sucedería lo mismo que la primera vez: no pasaría a más…

Es lo malo de los libros 17: mi vida con W (parte 1)



1.
W es una mujer muy hermosa: desde que nuestras vidas se unieron descubrí que era una mujer capaz de detener el tráfico, provocar interminables suspiros y desencadenar enfermizas pasiones entre hombres y mujeres: llamaba la atención en el lugar donde estuviera…

2.


La conocí en la librería “El Péndulo”, donde se debatía entre dos textos de Hanif Kureishi… en una mano tenía “Intimidad” y en otra “Siempre es medianoche”… me intrigó la indecisión con la que miraba las portadas, pero más me atrajo el conjunto de su belleza: de piel blanca, su rostro estaba discretamente maquillado de manera que resaltaba sus vivaces ojos verdes, su lacio y negro cabello le caía sensualmente sobre los hombros y su cuerpo, perfectamente proporcionado, estaba enfundado en un elegante vestido color gris… me acerqué discretamente, tomé de la misma mesa un libro y cuando lo consideré prudente le dije:

- te recomiendo “Amor en tiempos tristes”: es su novela más elaborada si lo que buscas es entender las relaciones humanas…
- la convivencia entre las personas es bastante complicada – respondió mientras me veía con curiosidad…
- pues pareciera que en “Amor en tiempos tristes” el escritor descubrió que tomando decisiones correctas la vida es más simple…
- ojalá así fuera todo de sencillo – dudó cortésmente de lo que dije…
- en uno de los diálogos entre dos de los personajes, Kureishi suelta una frase que ha pasado a formar parte de mi vida desde hace años…
- cuál? – preguntó intrigada…
- “la libertad viene de la comprensión”…

W sonrió tras reflexionar unos instantes sobre mis palabras, dejó los dos libros sobre la mesa, buscó entre los demás hasta que encontró “Amor en tiempos tristes”, dijo con coquetería un gracias y se alejó…

Nos encontramos un par de veces más entre los pasillos de la librería hasta que ella señaló:

- ya son muchas entrecruzamientos
- tienes razón – atiné a decir…
- supongo que tendrá algún significado – dijo ella…
- te invito a tomar un café para que me lo expliques? – propuse…
- no tengo mucho tiempo, pero… vamos – respondió tras consultar su reloj…

Conversamos durante casi una hora sobre libros y un poco de cine, sin embargo, en este último tema no avanzamos por culpa del timbre de su teléfono celular, el cual nos interrumpió escandalosamente pese a que estaba guardado en su bolso: no contestó la llamada, simplemente revisó el identificador e hizo una leve mueca de disgusto…

- llegó la hora – señaló…
- bien – concedí mientras apremiaba al mesero para que me diera la cuenta: pensé que se iría, pero esperó hasta que entregué el dinero…


Llegamos a la caja y estuve a punto de proponerle que me dejara pagar su libro, pero no lo consideré prudente, así que ella liquidó el importe de “Amor en tiempos tristes” y yo por mi cuenta hice lo mismo con “Arousiada” de Leonardo Da Jandra… antes de despedirnos me pidió mi número telefónico y se lo di, pero al solicitar el suyo me respondió con un contundente “yo te marco”, me dio un beso en la mejilla y se fue…

3.
W me hizo un par de llamadas breves antes de proponer una cita, la cual se programó un sábado para desayunar… en cuanto hizo acto de presencia nuestro encuentro se llenó de mutua atracción…

La conversación fue más relajada y esta vez no sólo se limitó al inconcluso tema del cine, sino que incluyó la música, en el cual me dejó impresionado: si bien ella aceptaba ciertos géneros del rock, en realidad lo suyo era el jazz, sobre el cual me hizo varias recomendaciones que dejaron claro que era experta sobre el tema… posteriormente habló un poco de música clásica antes de regresar a los libros…

Tres horas después estábamos en un discreto motel… ya entrada la tarde el timbre de su teléfono la hizo regresar a la realidad, pero en esta ocasión lo puso en modo de vibración, lo hundió en su bolso y propuso una ducha juntos para ir después a la librería donde nos conocimos…

- no tenemos mucho tiempo – avisó apenas y entramos – y tomándome de la mano buscó a uno de los empleados y le pidió “Perras Sabias” de Virginie Despentes* - es lo tuyo – comentó con cierta picardía…
- cómo lo sabes? – la cuestioné sorprendido de su exactitud…
- simplemente lo sé – contestó cuando se lo entregaban… pagó, salimos, escribió una dedicatoria en el libro, me besó apasionadamente y prometió llamarme la siguiente semana… más pasó una larga quincena hasta que reapareció, a través de un mensaje por celular, citándome en la cafetería de la misma librería…

4.
Llegué minutos antes y ella ya estaba viendo las novedades literarias… al verme sonrió, pero noté inquietud en su mirada… me propuso entrar a la cafetería…

Tras pedir limonadas conversamos sobre algunas trivialidades… una vez que la mesera atendió nuestra orden y nos dejó solos (no sin antes ver de reojo el escote de W), me espetó:

- eres un soberano cabrón…
- cómo? –balbuceé mientras se me resecaba la boca…
- pero me encanta que seas así – agregó antes de reír…
- vaya – descansó mi alma…
- me gustas – dijo sacando su celular y apagándolo frente a mí…
- supongo que es algo importante lo que me dirás - concluí…
- así como eres un cabrón, también tengo lo mío: soy muy directa…
- tienes toda mi atención – avisé…
- en primer lugar debo confesarte que soy casada, pero nunca he sido feliz con el que se dice mi esposo – dijo mientras me miraba a los ojos…
- algo me imaginé… cada que suena tu teléfono te conflictúas
- no te molesta que lo haya escondido?
- creo que no lo ocultaste – aclaré – las cosas se dieron de una manera tan rápida, aunque imaginaba que algo había y aun así me dejé llevar, es señal de que ese detalle no importaba en ese momento…
- extraña tu manera de ser – comentó…
- me lo han dicho muchas veces – le dije sonriendo cínicamente…
- en segundo lugar… reitero eso de que eres un cabrón porque gracias al libro de Hanif Kureishi he descubierto muchas cosas sobre mi…
- en serio? – me sorprendí…
- sí, durante días no me animé a leerlo, pero en cuanto empecé no pude parar hasta terminarlo – continuó con las revelaciones – Kureishi tiene razón en eso de que “la libertad viene de la comprensión”…
- es una verdad irrefutable…
- sí – prosiguió – y si bien desde la lectura del primer capítulo comencé a llorar, al terminarlo me quedó la certeza de que debo divorciarme…
- vaya – dije sorprendido – no es un libro de superación personal…
- en tercer lugar – dijo tras soltar un largo suspiro – y aquí viene lo complicado… no creo que podamos “seguir” con lo nuestro: mi esposo no sólo es un tipo con dinero y poder, sino que además es perversamente obsesivo… y que me dé el divorcio será algo difícil que puede implicar algunos peligros a los que NO te pienso exponer - enfatizó
  
Debo reconocer que aquello me tomó por sorpresa… si bien apenas y comenzábamos “algo”, todo pintaba demasiado bien entre nosotros como para que de pronto se truncara… más supongo que la contrariedad se dibujó en mi rostro pues de inmediato agregó:

- pero aquí entraría lo que preparé como en cuarto lugar – dijo un tanto apenada – no quiero que nos dejemos de ver… sé que suena egoísta, pero me hará mucha falta alguien como tú para enfrentar a mi marido…


- alguien como yo? – la interrumpí extrañado…
- eres un cabrón, recuerdas?
- y eso qué tiene que ver? - la cuestioné…
- necesito tener en dónde recargarme cuando mi alma flaqueé…
- y acaso seguirnos viendo, sin tener sexo, no es igual de peligroso?…
- aunque lo dudes: no lo es…

Suspiré al tiempo que dejaba caer el peso de mi cuerpo en el respaldo de la silla y permanecía en silencio durante un rato, mientras a nuestro alrededor se escuchaba la divertida charla de los demás comensales…

- estás en tu derecho de decir que no y lo comprendería – enfatizó – pero tenía que pedírtelo: necesitaré que estés ahí como amigo… y la verdad es que amistades no tengo… increíblemente este tipo fue alejándome de todo el mundo, incluyendo de mi familia, pero siguiendo con la sinceridad: pase lo que sea… no sé si tenemos un futuro
- a cada instante me la complicas más – reconocí – hay otra cosa que deba saber antes de responderte?
- no, eso es todo…
- y yo qué gano con estar al pendiente de ti? – la cuestioné…
- nada… o todo: depende de lo que buscas en la vida…
- cínica – la acusé entre risas…
- te advertí que acostumbro a ser sincera…
- ya veremos hasta dónde llegamos – accedí, lo que provocó que ella abriera sus bellos ojos y me regalara una sonrisa…
- tienes novia? – me preguntó tras dudar un poco…
- por qué crees que acepto? – reviré haciendo que sonriera de nuevo…
- gracias – me dijo…
- no lo agradezcas – le pedí – estaré contigo cada vez que lo necesites…

5.
El proceso de divorcio duró tres años, durante el cual hubo situaciones extrañas, algunas agradables, pero siempre bajo una constante tensión sexual por aquello de la mutua atracción que sentíamos…

6.
Por ejemplo, un viernes para amanecer sábado llegué a mi casa tras haber cenado con unas amigas… me disponía acostarme cuando timbró mi teléfono…

- soy impertinente? – preguntó W…
- para nada – respondí…
- te puedo ver ahora?
- en este momento? – inquirí…
- por eso pregunté si no interrumpía algo…
- no hay problema – accedí…
- paso por ti en 20 minutos – avisó y exactamente transcurrido ese tiempo sonó mi celular avisándome que había llegado…
- quieres buscar un lugar para tomar algo? – pregunté tras saludarla…
- no – contestó quebrándosele la voz – sólo necesito que me abraces… le ofrecí mis brazos, se hundió en ellos y comenzó a sollozar…
- te ha lastimado? – pregunté tras varios minutos…
- no – respondió y dicho esto se soltó a llorar… así estuvimos por media hora, sin cruzar palabra, hasta que desahogó su alma… 


* Perras Sabias fue el único libro que W me dedicó… posteriormente me lo regaló de nuevo cuando le confesé que lo había extraviado en una poco clara situación que ni yo mismo entendí... aunque me lo repuso, no incluyó nueva dedicatoria entre sus páginas…