La desaparición de los Suplementos Culturales y la extinción del Periodismo Cultural en México (1)



México no es sencillo ni idílico. Para nada es como una población franco-canadiense. Es un país oriental que refleja dos mil años de enfermedades, pobreza degradación, estupidez, esclavitud, brutalidad y terrorismo físico y psíquico. México es siniestro, tétrico y caótico, con el especial caos de un sueño. A mi me gusta, pero no a cualquiera le gusta... ningún mexicano conoce a otro mexicano, y cuando un mexicano mata a alguien (México D.F. tiene uno de los índices más altos de criminalidad en el mundo) es común que sea su mejor amigo. Creo que ellos  encuentran más aterrador a un amigo que a un desconocido 

(William S. Burroughs, 1951)

1.
Es una pena que los 2 gobiernos panistas (la fascista extrema derecha que arribó al poder presidencial en México en el año 2000 gracias a obscuros acuerdos con el cuasi eternizado por más de 70 años PRI), hayan desmantelado en sólo doce años siglos de nuestra milenaria cultura con sus políticas de masificación de la ignorancia, pero es más vergonzoso que seamos los propios mexicanos quienes los hayamos presenciado cual viles espectadores, sin mover un solo dedo para evitarlo…

Descastados de nuestras raíces histórico-culturales, los mexicanos hemos asumido una actitud complaciente ante el intento (y logro sin grandes complicaciones) por convertirnos de individuos a autómatas masas tan fácilmente manipulables, que debería caérsenos la cara de vergüenza por el pésimo lugar que siempre ocupamos en eso de los indicadores internacionales de bienestar, educación, empleo… y sobre todo cultura…

¿Alguien podría explicarme cómo está eso de que Haití, uno de los países más pobres del planeta (si no el más pobre), hasta antes del terremoto de enero de 2010, tenía más librerías que México?

¿O acaso no resulta vergonzoso que de acuerdo a cifras difundidas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el mexicano pasó de leer en promedio al año 2.8 libros a 1.7?... lo peor es que en términos de estadísticas de la OCDE, ese 2.8 equivale a ocupar el sitio 107 de un total de sus 108 países miembros…

Por si fuera poco: de acuerdo con la Encuesta Nacional de Lectura, en México las personas mayores de 12 años leen en promedio 2.9 libros al año, mientras en países como España es de 7.7, en Portugal 8.5 y en Alemania alcanza los 12, dejando al país con los índices de lectura más ridículamente bajos del mundo...

2.
¿Pero de quién es la culpa de que esto suceda en México?... por desgracia de todos los mexicanos… DE TODOS!!!

3.
Si analizamos los datos* publicados en una encuesta realizada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA, dependencia que forma parte del Gobierno), la situación se muestra más que patética:

- A la pregunta sobre los motivos por los cuales los mexicanos no leen, 69.0 % dijo que por falta de tiempo y 30.4 porque no le gusta y 14.6 se justificó por la falta de recursos…

Pero la situación empeora:

- De las personas que respondieron que sí leen 24.6 % dijo que para informarse, el 20.5 por razones escolares, 9.2 lo hace por gusto y el 6.8 por diversión…

Pero tenemos una contraparte que no podemos dejar de lado:

- Una firma encuestadora desarrolló un estudio y descubrió que en 11 años, el mexicano pasó de ver la televisión de 8.75 horas/día en el año 2000, a 9.25 en el 2010 y a 10.0 en el 2011, llegando incluso a las patéticas 11.0 horas diarias en algunos estados como Monterrey...


4.
Obviamente que el casi inexistente lector mexicano, aquél que consume libros, periódicos o revistas con algún contenido cultural, y su divagante existencia, es sólo una pequeña parte de todos los responsables que intervienen en esta situación…

Sabemos que otro actor en este problema (quizá el principal responsable… el más importante), es el propio Gobierno Federal y sus corruptas entidades encargadas de planificar la educación y la cultura en el país, pero hablar de ello sería por demás desgastante y hasta aburrido, salvo que la intención por el cual se quiera tener a millones de personas en el analfabetismo (y de paso la estupidez) se quiera resumir en la siguiente (trilladísima y cuasi-milenaria) frase: "un pueblo ignorante es más fácil de gobernar"

Pero no podemos cargarle toda la responsabilidad al Gobierno (al que irónicamente el propio mexicano a través de la televisión vía intravenosa), le entrega todo el poder a través de las facultades que le confiere la propia “constitución” para manipular, estafar, explotar, mentir, robar y hasta asesinar a mansalva cada 6 años, que es cuando se realizan periódicamente las elecciones presidenciales... NO, existe varios actores más, pero uno a destacar es aquel que oferta la cultura en general, y la lectura en particular…

5.
Sí, claro, hablo de todo lo que hay detrás de esto: escritores, editores, distribuidores, articulistas, dueños de librerías, promotores y directores de periódicos…

6.
Un resumen de todo lo que tiene que ver con un libro y la política de ahuyentar a sus potenciales lectores lo tenemos con lo que está haciendo editorial Anagrama en México: durante muchos años sus libros sólo se conseguían importados, pero recientemente y para abaratar los costos (quiero ingenuamente pensar), algunos de ellos ya se editan totalmente en el país y con la misma calidad que las ediciones españolas originales, sin embargo, esto no se ha visto reflejado en el precio de venta al público… por el contrario: un libro de Anagrama editado aquí tiene el mismo precio que el importado desde España, y lo peor, en menos de dos años el importe comercial de cualquiera de sus textos se ha más que duplicado, convirtiendo las obras de esta editorial en un lujo…




Y hagamos números para ejemplificar de lo que estamos hablando: el salario mínimo promedio en México es de 60.50 pesos diarios por una jornada de 8 horas, lo que equivale a más o menos a 1,815.00 pesos al mes (139.61 dólares)… y el precio promedio de un libro mexicano editado bajo las siglas de editorial Anagrama es de 500.00 pesos (38.46 dólares), así que el mexicano promedio ¿come para subsistir o lee para salir de la ignorancia?...

7.
Pero sigamos desmenuzando el universo de los responsables de alejar la cultura en general, y la lectura en particular, del mexicano promedio: enlistar a escritores, editores, distribuidores, articulistas, dueños de librerías, promotores, directores de periódicos y otros participantes más, y aterricemos con los directores de periódicos, la famosamente llamada “prensa escrita”…

En México no existen periódicos objetivos… todo buscan llegar al gusto de la gente para vendérselos, pues en sus páginas el consumidor de los diarios leerá lo que quiere leer, lo que termina siendo un nauseabundo círculo vicioso en el que los periódicos relacionados con deportes (futbol), morbo (la nota roja), mentiras (espectáculos) y toda la gama de posiciones políticas que prácticamente hacen de los diarios una insulsa oferta a la carta…

¿Pero que acaso no existe para eso la prensa?... actualmente sí, pero hasta hace algunos años, el objetivo de cualquier diario era informar… poner a pensar… reflexionar y ayudar a formar una opinión individual, lo que se hace ahora es crear opinión pública, la cual incluye la típica acusación, el cuestionado juicio y la manipulada condena…

Y es en este sentido (en todo este contexto con un perverso proyecto detrás auspiciado por el propio Gobierno), que un buen Suplemento Cultural en las ediciones del fin de semana principalmente dominicales, ya NO tiene cabida…

Los escritores René Avilés Fabila, José Agustín y Enrique Serna

8.
Hace algunos años diversos Suplementos Culturales hicieron tal fama en México que algunos de ellos podrían considerarse legendarios en las letras castellanas, tales como:

Sábado (del diario unomásuno), dirigido por Huberto Batis, La Jornada Semanal (La Jornada), dirigido entre otros por Juan Villoro, La Crónica Dominical (publicado por La Crónica de Hoy), Diorama de la Cultura, Arena y El Búho (publicados en diferentes épocas por Excélsior), El Gallo Ilustrado (El Día), Confabulario (publicado por El Universal), El Semanario Cultural (publicado por Novedades periódico incluso ya extinto)... y recientemente El ángel (publicado por Reforma), el cual trata de mantenerse más o menos con una cuestionable dignidad o ese remedo de Suplemento llamado Laberinto (publicado por Milenio) … aunque también se dieron casos extraordinarios como el suplemento La cultura en México (de la revista Siempre), la legendaria revista de profundo y digno matiz político...

De entre todos estos, algunos dataron de la década de los años 40s del siglo pasado, surgieron (o se confirmaron) plumas ilustres, incluso extranjeras, fundadores y colaboradores de la época “dorada” de los Suplementos Culturales mexicanos como Jorge lbargüengoitia, Augusto Monterroso, Vicente Rojo, Álvaro Mutis, León Felipe, Carlos Monsiváis, Luis Villoro, Nicolás Guillén, Juan García Ponce, Juan Vicente Melo, Emilio García Riera, Gabriel García Márquez, Sergio Pitol, René Avilés Fabila, Pablo González Casanova, Juan Rulfo, José Emilio Pacheco, Rosario Castellanos, Luis Cernuda, Octavio Paz, Fernando Benítez, Nicolás Guillén, José Agustín, Sergio Galindo, Juan José Arreola y el último gran intelectual que tuvo este país: Carlos Fuentes… y a todos ellos se les podría aplicar el termino de Periodistas Culturales para definir parte de su “oficio”…

Por ello resulta interesante la siguiente declaración, más o menos reciente, de José Emilio Pacheco: “Por qué el periodismo cultural en México no es hoy como en la época de Fernando Benítez? No tengo una respuesta, y creo que eso es algo irrepetible. En esos años se juntaron muchas cosas que ya no existen…”

Y me temo, Don Emilio, que sí se le puede dar respuesta a dicha interrogante…

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